viernes, 27 de junio de 2008

Breve esbozo sobre "Para una Periodización de la Literatura Peruana" de García – Bedoya Maguiña, Carlos.

Se pretende esbozar una reacción ante la visión, que por muchos años; ah considerado a la historia literaria como una disciplina “desacreditada”. Un causante directo (de dicha clasificación) es la inexistencia de un nuevo paradigma teórico, que sea capaz de sustituir al desfasado positivismo. Ahora cabe preguntarnos en que medida es que, el autor, nos presentará esta nueva opción de periodificar nuestra literatura. Él sostiene que “La periodología viene a ser una especie de esqueleto sobre el que se organiza el cuerpo de una historia literaria”. Es así que va a considerar a la literatura peruana como un campo que en gran medida esta inexplorado. Siendo notorio lo incipiente de los estudios en torno a las literaturas populares orales e incluso en el campo de la literatura culta o ilustrada.

Él va a desarrollar una periodificación de la literatura peruana basada específicamente en tres puntos: Historia – Cultura – Sociedad. Según este planteamiento, se consentirá que los movimientos literarios coexisten en un mismo momento histórico, que se realice entre ellos una especie de convivencia conflictiva, por ser una la dominante. En base a ello; se decidirá la importancia de la historia; la cultura hace su aparición en los paradigmas que se manejan y obviamente la sociedad esta en juego desde el momento en que la literatura es una creación cultural, es decir social.

Las primeras ideas parecen bastante interesantes. Considerar que en un determinado momento de tiempo coexisten varios movimientos literarios, y que dicha coexistencia no es pacífica, sino todo lo contrario, pues el afán es consolidarse como el movimiento dominante. También se abriga la idea de inclusión de las literaturas aborígenes en esta periodificación; lo que más llama la atención es que plantea la existencia de discursos distintos al oficial. En ese sentido identifica el discurso oficial o llamado ilustrado, el discurso de la literatura popular pero hecha en castellano y el de las culturas aborígenes. Nos demuestra los errores de conceptualizar a la literatura peruana bajo esquemas europeos, mostrando lo contraproducente que resulta. Admite, también, que el desarrollo de los periodos no pueden estar determinados o delimitados por fechas tajantes, sino que estas deben ser referenciales.

Todo lo mencionado hasta ahora, nos puede parecer interesante, hasta revolucionador. Pero ¿cómo desarrolla estos puntos García – Bedoya?, ¿Cuáles son los conceptos que él entiende por historia, cultura y sociedad? Y al hablar de ello ¿a que cultura, sociedad e historia se refiere?, tenemos que tomar en cuenta que el Perú, en su condición de nación multiétnica, posee gran cantidad de naciones y con ello un mismo numero de culturas y, adjuntamente, sociedades.


Para dar solución a estas preguntas, comenzaré por cuestionar lo referente a la forma en que García – Bedoya toma a la cultura. En primer término, tengo que partir diciendo que el Perú es un país multirracial y multiétnico, en tal consideración es injusto proponer una periodificación desde la cultura oficial; pues queda en claro que existen varias culturas, cada una de ellas con un importante corpus de literatura; y no solamente tomarlos como una referencia más o sustento de tesis, por el simple hecho de su proveniencia marginal.

La idea que se desarrolla en el texto se trastoca al momento de querer incluir a las literaturas vernáculas desde una visión occidentalista oficial, sabiendo que en la comparación saldrá disminuida pues el discurso oficial tiene el poder de su lado y con ello el carácter de designar lo que es literario. Si bien se toma como marco a la historia para lograr esta periodificación, se toma a la historia oficial, con ello se margina a las demás culturas que presenta cada una su historia; lo mismo ocurrirá con las sociedades. Sin duda es ambicioso el proyecto de García – Bedoya, pero se ven menguados sus esfuerzos ya que no aleja de su mente esa estructura positivista, heredera de Sánchez. Claro esta que es conciente de los acontecimientos y lo perjudicial que resulta la creación de una literatura peruana basada en hechos que benefician a la letra por encima de lo oral. Pero descuida la organización y función de las demás sociedades que comparten nuestros territorios (un “nuestros” muy utópico). Con ello se avecinará un atraso más. Ya que se produce un discurso que intenta valorar las literaturas de los pueblos periféricos, sin embargo, este discurso libertador, desconoce la historia y el modo de administración social del pueblo que quiere rescatar. Nos es posible que intente hablar de este tipo de discursos a raíz de la aparición de estos en la literatura oficial, ya sea por medio de antologías o simples recopilaciones. Es injusto este tipo de aptitudes, que lo único que logran es entretener al lector, descuidándolo o simplemente entreteniéndolo con la ilusión de una valorización de aquel pueblo “temido”. Lo único claro que manifiesta García - Bedoya es la idea de revisar esas literaturas (otra cosa clara es la intolerancia a Sánchez); más encamina muy mal esta empresa por lo que su periodización no puede tomarse como algo totalmente válido. Sigue estando bajo los cánones oficiales y su reconocimiento es muy menguado. A pesar que es interesante la idea de los tres tipos de discursos que menciona, el contexto en el cual los desarrolla sigue siendo muy pobre e impropio.

Otro asunto que cabe resaltar es la casi nulidad de la presencia de una literatura amazónica, en este “intento” de periodización. Sólo se hace una breve mención y luego por arte de magia o quizá por distracción del autor, desaparece sin dejar más rastro. Esto no es tan complicado de comprender, si entendemos que esta periodización toma como base fundamental a la historia, cultura y sociedad oficial; entonces es razonable que este tipo de literatura no aparezca puesto que en nuestra historia oficial el papel amazónico es muy poco investigado y apreciado para los historiadores y demás. En este sentido, García – Bedoya tiene muy poco pan por rebanar, por lo que se va a centrar en la asimilación de la cultura andina y todo lo que con ella viene…



Las dos etapas en las que divide nuestra historia literaria, esta vista desde un plano netamente económico (como lo demuestran sus títulos: Etapa de Autonomía Andina y la Etapa de Dependencia Externa), con este tipo de división deja muy en claro la dirección que va a tomar su trabajo. A pesar que considera a la etapa autónoma como las más amplia, solo le dedica dos páginas; en las cuales se limita a mencionar los daños o frustraciones que ocasiona la invasión española; y es ah donde aparece como una ráfaga veloz la mención que se le dedica a la literatura oral amazónica. El resto es sobre la literatura andina (aunque el término andino es muy amplio, ya que solo se limita a mencionarnos los logros de la cultura Inca, supongo yo que esto se debe a que el discurso oficial a tenido un mayor trato con esta literatura).

En otro aspecto concuerdo con el autor en considerar a la cultura andina, como una cultura “plástica” en el sentido de que ha sabido amoldarse a los cambos circunstanciales de quienes a sido presa, y todo ello sin modificar su matriz cultural, haciendo que aún se pueda hablar de una cultura andina. Esta “resistencia andina” a sida vista por el autor en dos planos. El primero que tiene que ver con la preservación de su matriz cultural (de la cual se habló líneas arriba); y de la defensa de su organización social de base, que es el ayllu.

Un aspecto ( de la literatura andina [específicamente Inca]) es que en dicho análisis se omite de mención a las etnias bajo el dominio Inca; bien es cierto que en la actualidad existe un discurso de carácter oficial que produce una cierta cantidad y calidad de literatura; y por otro lado existe uno o varios discursos periféricos que también producen una oriunda literatura. Considerando ello, podemos inferir que las etnias o culturas dominadas por la Mascaipacha, tuvieron que tener una manera de expresión (generalmente una literatura de tipo oral) la cual no es mencionada por el autor.

En un marco más actual, tenemos que pasar a la literatura que se considera del periodo Republicano. Acá nos tomamos con un gran subjetivismo del autor, pues cuando hace mención a algunos autores lo delimita aun cierto campo de acción lo que es un desperdicio total, ya que una obra no pertenece a una solo movimiento literario, no olvidemos que ahí escritos que se vinculan a más de un movimiento literario y otras que marcan el transito de un movimiento dominante a otro. Tomemos como ejemplo a Clorinda Matto de Turner, que esta dentro de la clasificación de literatura “realista”; sin embargo para muchos, las obras de la mencionada escritora puede involucrarse no sólo con el realismo, sino con el costumbrismo, regionalismo y hasta con un romanticismo.

Ahora, si ya hablé de los escritores que menciona, tengo que tomarme la molestia de mencionar a las grandes omisiones que realiza el autor de este texto. Como puede ser que un sanmarquino, haga exclusión de un poeta, que no solo ah sido concurrente por los patios de San Marcos, sino que su producción es de un muy alto nivel. Obviamente que me estoy refiriendo a Washington Delgado; otra gran omisión es la que se comete con el recién fallecido poeta Watanabe o Pablo Guevara. Creo que en la inclusión de escritores en una historia de la literatura peruana, es muy subjetiva. Pero soy creyente que no se deben realizar estas grandes omisiones. Quizá de aquí a algunos años nos amputen la figura de Vallejo (es algo muy extremista).

De lo manifestado solo resta decir, que la manera en que se planteó este trabajo deja unos grandes vacíos, pues no dedica páginas a lo que en ese texto se desarrollará por cultura, sociedad e historia; las grandes bases desde donde arranca todo el planteamiento. La noción de esta convivencia conflictiva entre los movimientos literarios me parece muy a lugar. Aunque ello no disculpa el poco alejamiento del discurso social y que solo se vea la aparición de las literaturas aborígenes desde el punto de la aparición en la literatura oficial, con ello su asimilación.
Bibliografía

1. Para una Periodización de la Literatura peruana. García – Bedoya Maguiña, Carlos. Latinoamérica Editores, Lima – Perú 1990.

2. Documentos de Literatura. La generación del Cincuenta. Marco Martos. MASIDEAS, 1993.Marco

3. América indígena. Instituto Indigenista Interamericano. Cuarto trimeste, 1969. XXIX – 4, México.

4. Dioses y Hombres de Huarochirí. Narración Quechua recogida por Francisco de Ávila. Edición Bilingüe. Traducción al Castellano por José María Arguedas. Estudio bibliográfico de Pierre Duviols. Lima, Perú – 1966.

5. Huarochirí manuscrito Quechua del siglo XVII. Gerald Taylor. Lluvia Editores.

6. Tradición Oral Peruana. Literatura Ancestrales y populares I. Enrique Ballón Aguirre. Tomo I. Fondo Editorial PUCP 2006. Perú - Lima

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