Gritar a los cielos extensos. Gritar tu nombre detrás de la puerta.
Tus pasos cortos, brincaban gradas que vibran, canta;
son breves los días de sol en nuestra cara.
Aderezas en las ollas.
Una foto en el verde manto de Cajamarca,
el mote cayendo de tus manos abundante.
Viajaste lejos, a muchos lamentos. A varios años perro.
Mis ojos abiertos a estas calles coloreadas,
cuerpo extendido al barro encharcado en estos recuerdos
diluidos en el presente, en un norte perdido.
Ahuyenta los males que rodean nuestros horizontes.
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