No volvamos atrás. Pensemos siempre en el poder de nuestras palabras. Con gente nueva, con gente perfecta. Somos los menos, que en una noche no dudarán en colmar las esquinas de sangre brutalmente extraída. Elevemos estos malditos brazos, necesitamos gente nueva, gente perfecta.
viernes, 20 de febrero de 2009
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